Ya van 2 años seguidos que no he podido
disfrutar de mi cita con la estación otoñal. El año pasado por la salud de un
familiar y este año por la mía. Gracias a los recortes sanitarios, mi
diagnóstico casi lo realizaron con la “ruleta de la fortuna” (menos mal que hay
grandes profesionales aun en este mundo).
Revisando las imágenes de mi última salida otoñal, en el 2010 (para olvidar que no me había tocado el coche, en la “ruleta”, sino una flamante pericarditis) me volví a encontrar con estos dos “infiltrados” que me evocaron al famoso “¡Que soycompañero, coño!” del 25-S.
Revisando las imágenes de mi última salida otoñal, en el 2010 (para olvidar que no me había tocado el coche, en la “ruleta”, sino una flamante pericarditis) me volví a encontrar con estos dos “infiltrados” que me evocaron al famoso “¡Que soycompañero, coño!” del 25-S.
Ahora que
hay que luchar más que nunca por lo que nos pertenece, tener mucho cuidado con
los infiltrados. En la naturaleza se distinguen enseguida a los “infiltrados”,
pero estos no hacen mal alguno, si acaso algún favor a los fotógrafos.
Para los
que sean del otro “bando” y quieran mejorar sus “artes ninja” para estar
perfectamente infiltrados; aquí van unas recomendaciones.